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Ideas sobre la autodestrucción (2)

La mercancía de la naturaleza y su desgracia:
El caso de la pastera Botnia como representación de cualquier 
otra animalada del género humano contra sí mismo.


Este 9 de noviembre se cumplirán cinco años de la puesta en operación y en destrucción de la finlandesa "Botnia", la Pastera de Celulosa más trístemente célebre del mundo, la más importante en daños, que comenzaba a funcionar en 2007 a orillas de uno de nuestros más lindos ríos con vida. Ya un lustro con la preocupación que le dio forma a este breve estudio que no pierde vigencia porque tampoco lo hace la estupidez humana, que se actualiza también con cada minera, en cada fracking y por todas y cada una de las numerosas oportunidades en las que el ser humano se permite el irremediable y mortífero placer de razonar con el orto y cagarse en el resto.
Una publicación breve, que busca entender, para intentar transformar...


Capítulo 2 | Traslado industrial, contaminación y chantajes



L os países desarrollados han demostrado que la recuperación de los recursos  naturales contaminados es muy costosa en dinero y en tiempo requerido. A estos  gastos se suman las normativas ambientales que se han tornado muy exigentes a la  hora de autorizar la instalación de una nueva planta, lo que conlleva altísimos costos. Esas empresas saben que en los países “de abajo” no existen estos costos: tierra y mano de obra barata, crecimiento rápido de los árboles, acceso ilimitado al agua de nuestros ríos y, por sobre todo, los controles ambientales mucho más laxos que en sus países de origen.

En Uruguay, desde hace décadas, las papeleras Fanapel en Juan Lacaze y Pamer en Mercedes contaminan la región. Digo región no solo porque afecta grandes zonas de varios países dentro, sino también porque la empresa Celulosa Argentina es propiedad de Fanapel. Misiones cuenta con tres fábricas de celulosa: Papel Misionero en la zona del mineral, Celulosa Puerto Piray, ubicada en la localidad del mismo nombre y Alto Paraná en Puerto Esperanza. Las dos primeras son plantas vetustas que hace décadas vienen contaminando al ambiente y a la gente y cuyo destino lógico es que sean cerradas lo antes posible. Celulosa Puerto Piray fue incluso clausurada en 2005 por el Ministerio de Ecología y forzada a introducir reformas inmediatas a su sistema de tratamiento de efluentes.

La más interesante para observar sería la empresa Alto Paraná, ya que se trata de una planta moderna y similar a la que se instaló en Uruguay. Su propietario es la empresa chilena Celulosa Arauco y Constitución S.A. (CELCO), la misma que “con tecnología finlandesa de última generación” ha contaminado recientemente la región de Valdivia en Chile (con la muerte de sus cisnes característicos como vivo indicador, si se me permite el oximorón). La fábrica en Misiones, al igual que la de Valdivia, utiliza el sistema de blanqueo con dióxido de cloro (llamado sistema ECF ), que también es utilizado por Botnia.

Un equipo del Grupo ambientalista uruguayo Guayubira, junto a integrantes de organizaciones ambientalistas misioneras, intentó visitar la planta de Alto Paraná pero no se les autorizó el ingreso. Sin embargo, no se les pudo impedir que hablaran con la gente del pueblo Puerto Esperanza: un trabajador los guió por las zonas aledañas, desde donde se pudieron tomar fotos y observar el lamentable estado del río, donde los peces han desaparecido, las aves brillan por su ausencia y el aire huele a huevo podrido. Esta gente contó sobre los fuertes dolores de cabeza, las alergias y las enfermedades respiratorias. También hablaron sobre días (y en particular noches) en que no se puede respirar y el olor se vuelve insoportable. Este pueblo queda a pocos kilómetros de la fábrica y, según dijeron al Grupo, no quieren decir nada en público debido al poder económico que la empresa detenta en el pueblo. Se les dijo también que dos familias del pueblo cercano de Wanda (donde residen muchos trabajadores) iniciaron una denuncia judicial contra la empresa por niños nacidos con malformaciones atribuidas a la contaminación de la fábrica. También se dijo que, desde el funcionamiento de la fábrica, se han incrementado los casos de cáncer que ocurren entre la población local.

Fuente: Aim Digital




La mayoría de las plantas de celulosa emiten fuertes olores a causa de los compuestos de azufre. El olor penetrante de estas sustancias ha sido reconocido como un problema ambiental. Pero solo recientemente los estudios epidemiológicos han evidenciado los posibles efectos en la salud humana como consecuencia de la exposición a estos compuestos a niveles comúnmente presentes en las proximidades de una planta. Nada menos que un estudio finlandés (Estudio de la Contaminación del Aire de Karelia del Sur) muestra que la exposición a compuestos malolientes del azufre aumenta el riesgo de infecciones respiratorias agudas. Este estudio reafirma la evidencia de que la exposición a largo plazo aumenta los síntomas del tracto respiratorio con niveles de exposición mucho más bajos de lo que podría esperarse tomando en cuenta los conocimientos actuales de la toxicología de estos compuestos.

Me parece importante también traer a colación el Convenio de Estocolmo que Uruguay ratificó poco antes de concretar la gran estafa  y que se encuentra en vigencia. En él se plantea la eliminación de los llamados Contaminantes Orgánicos Persistentes, entre los que se encuentran las dioxinas y furanos. De acuerdo con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), una planta de la mitad del poder productivo de Botnia emitiría tales sustancias a un nivel sin duda muy superior a la emisión total actual del sector (fábricas de celulosa y papel) e implicaría “un aumento del 1% en la emisión atmosférica total estimada para todas las actividades a nivel nacional consideradas”. Es decir que Uruguay estaría violando con creces el Convenio.

Tanto estos impactos, como los asociados a las enormes plantaciones de monocultivos de árboles para abastecer a la pastera, deberían advertirnos sobre el enorme tamaño de la desgracia Botnia. Más aún, hay que tener en cuenta que Alto Paraná produce 300.000 toneladas de celulosa al año, en tanto que la la finlandesa Botnia planeaba producir 1.000.000 de toneladas al año, o sea cinco veces más que en Misiones. De más está decir que los impactos se multiplicarían exponencialmente.

Campaña de influencia

Después de todo lo dicho, y todo de dominio popular, queda muy claro que el intento de darle una imagen positiva a toda esta mugre para legitimar socialmente las instalaciones es realmente una empresa por demás ambiciosa. Así todo, la han emprendido.

A pesar de que lo descrito hasta aquí se refiere únicamente a los “costos fijos” en vida y en salud que tendremos (para usar una expresión a tono con este patriarcado coercitivo sobre la naturaleza y sobre otros hombres que la conforman), ya que existen también los “costos relativos”, muy probables y de carácter trágico, como por ejemplo el gran derrame tóxico de la planta de Sappi (Ngodwana) al río Elands, en la provincia de Mpumalanga, Sudáfrica. A pesar de que los riesgos seguros y los muy probables son bien sabidos, la campaña se ha iniciado con una gran cobertura. A pesar de lo sabido, y esto es lo peor de todo, logra algunos resultados.

Luego del “accidente” para verter tóxicos de manera ilegal en el río, la compañía Sappi (que posee cinco fábricas de pulpa) emprendió una incansable campaña para aplacar la ira de la opinión pública adoptando una imagen ecológica. Al igual que aquí, este tipo de estrategia mediática carece de total sinceridad y raya el absurdo en más de una vez. Le pregunté a Daniel por estas operaciones y me respondió explicándome también las torpezas empresariales que colaboraron en la lucha contra la muerte: “Fijate que la primera en llegar fue la empresa Ence, y comete una serie de errores según dicen los finlandeses, por haber prescindido de la penetración social del proyecto. La Ence aterriza con mucha torpeza en Uruguay porque desde sus propias maletas sacan el proyecto y dicen 'esto se va a hacer cerca de Fray Bentos'; en cambio la Botnia al cabo de un año aproximadamente de observar ese proceso social, aterrizan su proyecto con un trabajo de penetración ideológica social: diciendo que lo de ellos es algo mucho más pulcro, concurriendo a las escuelas, regalando tizas, guardapolvos, maquinas de coser, heladeras, etc.”. Un verdadero chantaje a la pobreza. Una mentira sobre otra mayor en las que, por razones de espacio y de bienestar personal, no me explayaré más. Sin embargo, con disgusto los invito a leer las noticias e informes muy completos lanzados por el grupo Guayubira en el que, por caso, se desmienten prolijamente diez de los más grandes bolazos de estas empresas, aunque el grupo los denomine sutilmente “supuestos”.

Banksy | "Gas Bird"


“Estas son pasteras, no papeleras” aclara Verzeniassi. Ellos vienen a producir pasta de celulosa para exportar a sus plantas de producción de papel. Para elaborar esta pasta hay que contaminar fuertemente el entorno; en cambio para producir papel a partir de esta pasta no necesitas procesos industriales de la magnitud de liberación química que sí son necesarios en la producción de la misma. Y aún suponiendo que llegase a haber una reducción de la contaminación, el gran impacto estaría dado por las propias forestaciones.

Sea como sea, esa quimérica reducción no existirá nunca. Y vuelvo de nuevo a lo concreto: no había transcurrido un mes de iniciado el funcionamiento de la planta Valdivia en la Región de los Lagos (Chile), cuando las comunas cercanas alzaron su voz por los insoportables olores que provenían de la planta: San José de la Mariquina por el Oeste (a cerca de 10 km de la planta), Lanco y Loncoche por el Norte (cerca de 30 km) y Valdivia por el sur (cerca de 60 km), todo dependiendo de la dirección de los vientos. El volumen de los impactos de acuerdo a los datos del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) se pueden apreciar en la información que entrega la propia empresa: en emisiones a la atmósfera se lanzan al aire 2,4 ton/día de material particulado; 3,04 ton/día de dióxido de azufre; 4,69 ton/día de óxidos de nitgrógeno y 0,25 de compuestos de azufre reducido, responsable del olor característico del proceso de producción de pasta. En descarga de residuos líquidos, 900 litros/seg. y 250 lit/seg. de aguas de enfriamiento; en total, 1145 litros/seg.. Adicional a esto se generan 1450 m3/mes de lodos provenientes del tratamiento terciario y 40100 m3/año de otros residuos sólidos. Y toda esta porquería es tirada en el río Cruces, el cual constituye el principal cuerpo hídrico del Santuario de la Naturaleza del Río Cruces, sitio protegido por la Convención Ramsar y a cuyo cuidado ambiental el gobierno de Chile se había comprometido.

Fue realmente muy fácil de pronosticar las grandes mentiras que se perpetrarían después de la puesta en funcionamiento, si comenzaron a mentir mucho antes instalarla: en este ejemplo, no solo no se cumplieron las promesas (que fueron muchas —ver cita nº 7), sino que la empresa fue sorprendida con conductos adicionales que descargaban residuos industriales líquidos que no fueron incluidos en el EIA. Además, se determinó que no tenía sistema de control, abatimiento y monitoreo de los gases, al tiempo que inició sus faenas sin contar siquiera con la recepción municipal de obras, pago de patentes y autorizaciones sanitarias, infringiendo de manera flagrante la resolución ambiental del proyecto.
Esto no es sólo un ejemplo. Este es el modus operandi, el porqué: todas funcionan bajo la misma lógica. Y eso hace necesario un tercer capítulo.

Referencias  ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
(4) ECF: Elemental Chlorine Free (Libre de cloro elemental). Se promociona este sistema tratando de hacer creer que el proceso de blanqueo no usa cloro utilizando dióxido de cloro. El sistema totalmente libre de cloro se denomina TCF (Total Chlorine Free).
(5) Botnia ha anunciado que va a invertir en el hospital de Fray Bentos, para atender las emergencias. De esta manera podrán atender correctamente a los enfermos de cáncer que ellos mismos van a fabricar.
(6) Es pertinente recordar la nacionalidad totalmente finlandesa de la Botnia.
(7)“Donde abundan las promesas, sobreabundan las mentiras”. 



Bibliografía

CASTORIADIS, Cornelius. Figuras de lo pensable. Fondo Económico
de la Cultura. Argentina. 2001.
ROZITCHNER, León. Freud y el problema del poder. Folios Ediciones.
México. 1982.
BOOKCHIN, Murray. La Ecología de la Libertad. Nossa y Jara Editores.
1999.
GALEANO, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. Editorial
Siglo Veintiuno. Argentina. 1974

Informes

Grupo Guayubira. Los supuestos beneficios de las plantas de celulosa.
¿Verdaderos o falsos?
Greenpeace Argentina. Impactos de la producción de papel. La industria,
el gobierno y los consumidores pueden tener un mejor papel. 1997


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